sábado, 18 de junio de 2011

Otro viernes más

Qué curiosa es la forma tan personal de percibir cada día.

Después de pasar un rato con buenos amigos, me he dado cuenta de que el sentimiento universal del viernes es de bienestar, de alegría por el fin de las obligaciones de la semana, y por el inicio de un par de jornadas de descanso.

Pero para mí los viernes son días grises.

Días en los que hablaba contigo para contarnos qué tal la semana, y que ahora se han vuelto vacíos.
.
Días en los que solía verte. Recuerdo aquellas tardes en las que trabajaba en Pepitto y venías a buscarme para charlar, o para tomar algo después. Ahora no me apetece salir.

Sin ti los viernes se han convertido en el día más odioso de la semana, y los lunes ocupaban un lugar muy alto en mi ranking.

Nadie dijo que fuera a ser fácil. Nadie dijo que nuestros recursos iban a servir. Yo sigo saliendo cada viernes con tu pañuelo atado al cuello. Con la esperanza de encontrarte al girar una esquina, pero con la certeza de que es la única forma de tenerte conmigo.

Anoche soñé que venías a visitarme una vez más, que todo había sido una pesadilla y había vivido un par de meses en una terrible equivocación. Pero como todos los sueños, se ha acabado, y tras varios minutos de confusión he vuelto a darme cuenta de que ya no estás aquí, y de que todo lo que me queda es un pañuelo rosa, varias fotos y miles de recuerdos.

Así que prefiero convertirme en figura soñadora. Soñar que estás conmigo. Que nos reímos de todo, fumamos con tu súper pinza y apostamos quién corre más (siempre ganabas metiendo la quinta marcha tramposa).

Así que una noche más cerraré los ojos y pediré con todas mis fuerzas disfrutar de ti, otro ratito. Y al despertar te volveré a perder, pero esos momentos contigo me empujan cada día a seguir luchando para salir adelante.

Por mucho que te empeñes, siempre estarás conmigo Nere