viernes, 5 de noviembre de 2010

Los diseñadores de los juguetes del cola cao no tenían familia

Me estaba preparando uno de mis maravillosos pampero - cola, cuando he pensado lo bien que me vendría en esos momentos una bati - cao, para que la mezcla sea pefecta y encima salga espumilla.

Lo cual, a su vez, me ha llevado a realizar una profunda reflexión sobre los juguetes que regalaban con los paquetes del cola cao. Nunca tuve todos, porque en casa somos de Nesquik, pero tuve unos cuantos familiares que me donaron algunos amablemente, para degracia de mis más allegados.

Rompí el hielo en el mundo de los juguetes-cao con una coctelera cao, que era como un vaso gigante con una ventosilla en la que podías meter una pajita. El chollo de la coctelera cao se acabó el día en que decidí llevármela a patinar metida en una bolsa-nevera de mi madre que cogí, como no podía ser de otra manera, sin permiso.
No había recorrido ni medio muelle cuando me entraron unas ganas horribles de beber cola cao. Y pude comprobar, con espanto, que el juguetito estaba vacío. Toooda la neverilla estaba impregnada de un cola cao que nunca conseguí quitar, y la escondí para que no me pillaran. Claro que cuando me pillaron el cola cao se había transformado en moho y la bronca fue mayor. Fue tal el trauma que recuerdo todo perfectamete: era jueves santo y llevaba vaqueros y un jersey rosa. La coctelera cao fue confiscada.

Luego llegó la baticao. Era genial porque mezclaba el cola cao con la leche en un momentito y encima dejaba una capita de espuma muy gozosa. El día que mi vaso volcó por la energía del aparato, y la mesa, paredes, lámpara y pijama se llenaron del maldito pringue, dejó de ser un invento maravilloso para mi madre. La baticao fue confiscada.

Y el último que recuerdo es el karaoke-cao. Un vaso adosado a un micrófono con el que podías desayunar y cantar la canción del verano a la vez. En este caso no derramé nada. Pero también hubo un trágico final. Las pilas fueron confiscadas. El karaoke cao pasó a manos de mi hermano. Y creo que no hay que explicar nada más.

Por todo ello, he llegado a la conclusión de que los diseñadores de los juguetes del cola cao no tenían familia. O que la mía no era muy tolerante.

En definitiva, que mi pampero cola se queda sin espumilla

viernes, 15 de octubre de 2010

El Milagro de San José

Y ayer ocurrió por fin.

Noticia impactante, mundial, digna de ser televisada en directo y copar todos los telediarios. Y sin embargo, no fue una tragedia.

Desgraciadamente, los grandes acontecimientos que me han hecho permanecer adherida al televisor en estos últimos años no han sido más que imágenes que transmitían dolor de víctimas, familiares, amigos y gente anónima que se pone en el pellejo de aquellos que tienen su peor papeleta en la mano: 11 de septiembre, 11 de Marzo, accidente de Spainair, Haiti...Imágenes que sobrecogen y provocan un nudo en la garganta difícil de desgranar.

Pero ayer el pueblo chileno nos enseñó, y lo que es más importante, nos demostró que el ser humano todavía es capaz de hacer cosas maravillosas.

33 personas. 33 vidas. 33 historias. Y un mundo entero pendiente de su salvación.

Por fin cada rostro humano que reflejaba la televisión emanaba alegría, esperanza, emoción. Predominaron las imágenes de besos y abrazos, e historias escritas con un punto y seguido ansioso de encontrar palabras para completar el párrafo.

La mina San José no sólo será recordada por el milagro de rescatar 33 vidas sepultadas, sino por el milagro de unir familias, un pueblo, un país, el mundo entero.

Ayer todos fuimos familiares, amigos, operarios de rescate y mineros.

Saboreamos por fin las sensaciones que provocan las buenas noticias.

Y siempre tendremos en nuestras retinas el milagro de San José



miércoles, 29 de septiembre de 2010

TODA UNA VIDA







Aunque en cierto modo lo entiendo y comparto, nunca sabré con certeza por qué tenemos miedo a la muerte. Al fin y al cabo es como estar dormido, pero sin tener que matar mosquitos o levantarse al baño.

Pero lo realmente complicado es entenderlo teniendo en cuenta lo compleja que es la vida. Es una montaña rusa de sensaciones de lo más variopintas. Un día estás en la cresta de la ola, te sientes el rey del mundo, y en un segundo, pasas a una caída libre de la que no sabes cómo vas a salir.

Y a pesar de todo eso, nos levantamos cada día. Y qué vas a esperar de un día que empieza teniendo que levantarse de la cama.

Yo creo que el secreto de esa fuerza para levantarse radica en las personas que disfrutan contigo en la cresta de la ola y te dan la mano en la caída libre.

Yo me considero muy afortunada, ya que nunca me ha faltado una mano cerca. Pero después de muchas entradas me sentía con la obligación de hacer una especial mención a dos de las manos que más me han sostenido: Silvia y Carlota.

Son tantos años de amistad que ni siquiera recuerdo el día en que nos hablamos por primera vez. Un momento clave en mi vida que en su día pasó desapercibido. Pero tras más de 20 años de confidencias, castigos, lágrimas, risas, fiestas y momentos críticos, cada día lo valoro más.

La verdadera amistad es aquella que con los años se hace más fuerte. Y a pesar de este frenético ritmo que prácticamente no nos deja cuidar las relaciones, para mí cada día son más importantes, y cada día las necesito más. Y espero que sea recíproco.

Es tan importante como gratificante reunirte con alguien al que hace mucho tiempo que no ves y que parezca que no haya pasado el tiempo, que la complicidad siga intacta.

Y espero que nos dure toda la vida



domingo, 19 de septiembre de 2010

Imagina....

Había una vez ......
Un hombre que subía cada día al autobús para ir al trabajo

Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana

La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto,
iba tirando algo por la ventana.

Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre
le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.

- ¡Son semillas! - le dijo la anciana .

- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?

- De flores. Es que miro afuera y está todo tan vacío...

Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?

-Pero las semillas caen encima del asfalto,
las aplastan los coches, se las comen los pájaros...
¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?

-Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan,
alguna acabará en la cuneta
y, con el tiempo, brotará.

Pero...tardarán en crecer, necesitan agua ...

- Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!

La anciana siguió con su trabajo ...

Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar,
pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza .


Unos meses después...

Yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana,
vio todo el camino lleno de flores...

¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje!

Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor :

-¿La anciana de las semillas?
-Pues, ya hace un mes que murió.

El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.

«Las flores han brotado, se dijo,
pero ¿de que le ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra».

De repente, oyó la risa de un niño pequeño.
Una niña señalaba entusiasmada las flores...

¡Mira, papá! ¡Mira cuántas flores!



Dicen que aquel hombre, desde aquel día,
hace el viaje de casa al trabajo
con una bolsa de semillas que va
arrojando por la ventanilla


sábado, 11 de septiembre de 2010

La bocina hipnótica

Ayer bajé de mi nube.

Dejé por un día mi mundo paralelo. Bajé a la tierra, besé el suelo, y vi un horizonte más azul.

Tuve ganas de salir, correr, gritar... proclamar a los cuatro vientos que era feliz. Que había tenido un día perfecto. Un día de esos que en mi mundo actual escasean.

Hoy me he levantado deseando que mi nube siguiera ahí arriba, lejos, inalcanzable; y que mi nebuloso mundo se hubiera trasladado al suelo que piso.

La euforia vespertina se había disipado, pero mi nube estaba un poco más lejos de lo habitual. Y seguía feliz. Y cuando este sentimiento empezaba a esfumarse, una bocina hipnótica me ha arrastrado a la terraza.

Y allí estaba él. Se alzaba majestuoso en el horizonte. El Grand Mistral. Mi Grand Mistral.

Cuando bajé de ese barco, cinco años atrás, pensé que nunca lo iba a volver a ver, y que la semana más estupenda de mi vida se iba a quedar allí, en mi particular buque de los sueños, vagando por ciudades europeas y puertos de ensueño; dando el relevo a nuevos pasajeros que van y vienen, y dejan su historia impresa en sus paredes.

Pero el destino ha querido que vuelva a mí. Y por un momento, he vuelto a vagar por sus cubiertas, revivir sus espectáculos, conversar con sus tripulantes y pasear por sus destinos. He vuelto a acostarme en Nápoles y despertarme en Malta. A bailar en su discoteca y bañarme en su jacuzzi. Y he vuelto a compartir con mis amigos unos de los mejores días de mi vida.

Pero la bocina ha vuelto a sonar. Esta vez para avisarme de su huída, y despertar de un sueño.

Y mientras la bocina hipnótica se arrastraba mar adentro con una parte de mí, mi nube se ha ido haciendo más débil, y ha comenzado su huída.

Los buenos recuerdos vuelven, inyectan su dosis de melancolía y se van, dejándonos con cierta tristeza. Pero también nos hacen más fuertes, y nos recuerdan que esta vida merece la pena




jueves, 26 de agosto de 2010

Hasta Siempre Gori


Ayer me desperté sientiéndome muy extraña. Era el día en que las vacaciones en Suesa terminaban, por lo que una mezcla de tristeza y nostalgia me impedía disfrutar del solazo que colgaba del cielo. Me pasé el día repitiéndome la mala suerte que tenía por tener que irme el día en el que el cielo estaba más bonito.

Por la tarde entendí el por qué de aquel cielo. Todavía tengo grabada la imagen de la cara desencajada de Borja, que venía a comunicarme que un amigo nuestro había muerto por la mañana.

Cuando Guille y Chema se hicieron cargo del Café La Zona, poco a poco fuimos formando una gran familia. Y esa gran familia hoy está incompleta. Y la Zona de alguna manera, se ha quedado vacía

No puedo hacerme a la idea de llegar al bar y que no estés. Siempre recordaré las conversaciones sobre U2, NaturHouse, la perra vida y el buen comer; tu forma de bailar, emulando el baile del pañuelo....

Prometo que siempre que me encargue de la música, pincharé Infinity, como lo hacía cada vez que te veía levantar un dedo mirándome. Será mi forma de pensar que sigues entre nosotros.

En Navidad nos prometimos que este año iba a ser mejor. Para mí no va a poder ser. Espero que tú hayas encontrado la felicidad que tanto anhelabas.

Y mientras la disfrutas, brindaremos finde tras finde por ti, cada vez más enteros por fuera, pero igual de hechos polvo por dentro.

Tus amigos de La Zona nunca te olvidaremos Gori



lunes, 28 de junio de 2010

Inhabilidad Innata

El día que repartieron la habilidad yo no estaba presente.

Empecé a sospechar que no era muy hábil en las clases de gimnasia en primaria. Correr al ritmo de un bombo o una pandereta se me daba muy bien. Pero cuando el tema pasaba a hacer volteretas, el pino...ya la cosa se complicaba un poco.
Y qué decir de las atracciones infantiles. Mientras mis compañeras atravesaban el "arco iris" andando, yo me limitaba a intentar trepar hasta el segundo travesaño ( y nunca evolucioné mucho más);para cuando aprendí a "hacer el murciélago", ya sabía hacer raíces cuadradas. Y las camas elásticas....nos pasábamos más de media hora en la cola para poder brincar durante un minuto. Un minuto que todos mis amigos aprovechaban saltando de lado, de espalda, sentándose, dando volteretas en el aire....y yo lo consumía dando pequeños botes que no alcanzaban ni dos pies de altura.

Mis peores sospechas se empezaron a confirmar en las clases de gimnasia de secundaria. Cuando mi autoestima estaba a punto de volar en pedazos por culpa de una tara innata que consideraba única en mi especie, estrené profesora de gimnasia y tuve una revelación. Esta profesora llevaba muchos años dando clase de gimnasia en el colegio, por lo que ya había lidiado con mi hermana. Siempre pasaba lista, así que el primer día nos sentamos en el suelo, mirando a aquella señora de incalculables años pronunciando nuestros nombres. Hasta que llegó mi turno.
- Presmanes
- Presente
- ¿Es usted hermana de Magdalena?
- Sí
- ¿Y es tan torpe como ella?
- Supongo
- Apaga y vámonos

¡¡¡Mi tara era genética!!! No podía hacer nada para combatirla, así que el complejo desapareció, asumí mi lugar y llevé a cabo con orgullo mis cruentas clases de gimnasia. Era habitual que el miedo con el que entraba en el gimnasio se transformara en hematomas varios tras intentar hacer cuatro loopings seguidos en una barra con un espesor de 50 milímetros (a la que sólo subir tenía su miga), saltar vallas de cuatro metros y medio, y desafiar al potrazo intentando que las piernas no se desencajaran. Y por si eso fuera poco, también había que trepar por las espalderas, saltar al vacío cuatro metros, correr hasta un banco cojo y saltar a la cuerda 50 veces encima de él a la pata coja. ¿Qué clase de macabro adicto al gore inventó la gimnasia escolar?


Recuerdo con especial horror aquella vez en los juegos del colegio en los que teníamos que saltar a ocho compañeras a burro. El primer día de simulacro, me temblaban las piernas. Miré a la fila de ocho compañeras encorvadas y me dije "Valor y al toro, tú puedes". Salté a todas sin dudar un instante, y cuando llegué al final, triunfante, me giré para descubrir un espectáculo dantesco. La que no se había comido una patada en la cara se había quemado las rodillas al caer desplomada tras sentir mi vacilante peso en su espalda. Eso sí, batí un récord. 8 de 8 a la enfermería. Por eso no fue de extrañar que al llegar mi turno el día de los juegos, la primera de la fila al advertir mi presencia en la línea de salida diera la voz de alarma, y todas se tumbaran en el suelo para conservar su integridad física.

Conclusión. Dedícate a lo que sabes hacer. Yo deseché definitivamente la idea de ser Almudena Cid cuando en el equipo de baloncesto lo único que calentaba era el banquillo, y mis mejores pases los hacía entre mis compañeras y los botellines de agua.

Dejemos de plantar castillos en el aire

Al final siempre hay alguna cualidad que te puede permitir hacer cosas maravillosas. Y para muestra, un botón


lunes, 21 de junio de 2010

"Jacin" para los amigos

Siempre que llega Junio, una de las palabras más pronunciadas es "selectividad".

Cada vez que la oigo, no puedo evitar pensar en el colegio, en mis compañeras, profesores, y millones de anécdotas que fuimos almacenando durante doce años. Y sobre todo pienso en el año en el que me tocó pasar el trago de la selectividad.

De aquel último año de colegio recuerdo con especial cariño a mi tutor, Jacinto. "Jacin" para los amigos, como él decía siempre

Fue un año muy especial. Por diferentes razones las alumnas de último curso cobran un protagonismo especial en el colegio, y yo tuve la suerte de compartir muchas de aquellas experiencias con él.

Él fue una de las personas que me impulsó a hacer Medicina, ya que yo tenía en mente hacer Farmacia. Pero él me convenció, y siempre le estaré agradecida. No sólo porque adoro lo que estudio, sino porque de manera indirecta, su empuje me ha hecho conocer a los que hoy en día considero enormes amigos.

Y también estuvo a nuestro lado en selectividad. Yo siempre he sido una histérica de cara a los exámenes, y el primer día de Selectividad practicamente no podía ni respirar, y estaba convencida de que no iba a sacar la media que quería. Pero se sentó conmigo en la puerta de la facultad donde nos examinábamos, nos fumamos un cigarro, y gracias a su temple y sus palabras entré convencida de que era muy capaz de sacar la nota que necesitaba y de que aquello estaba "chupao"


Ha pasado ya más de un año desde que aquel 2 de Enero una llamada de teléfono me interrumpiera el sueño. "Se ha muerto Jacinto" oí a Silvia al otro lado. No pudimos hablar mucho más.

Era un luchador, y nunca creímos que el cáncer le vencería. Pero le venció. De manera injusta, porque no nos dio tiempo a despedirnos, y con 38 años le quedaba mucho por vivir. Pero la vida es así.

Su despedida fue uno de los momentos más duros que recuerdo en mi vida. Siempre es difícil despedir a alguien querido, pero todavía lo es más si no te ha dado tiempo a decirle lo que ha significado para ti.

Gracias a él, en un futuró tendré en mis manos la posiblidad de luchar contra esta enfermedad que cada día se lleva a tanta gente tan querida. Y lucharé por conseguirlo, como él luchó por salir adelante. Al fin y al cabo, se lo debo a él, a Jacin para los amigos


miércoles, 16 de junio de 2010

Arriba mis valientes!!!!!!

Nos pasamos nuestra existencia quejándonos de todo, sin darnos cuenta de que, en realidad, la vida puede ser lo que queramos que sea. Todo depende de cómo se mire.
Y es que, si te paras a mirar a tu alrededor, todo lo que nos rodea es maravilloso. El problema es que el ser humano es innatamente ingrato.

Cuando llueve mucho, soñamos con sol. Y cuando hay mucho sol, anhelamos la lluvia. No deberíamos quejarnos por llevar tres días sin poder ir a la playa por culpa de la lluvia. En realidad, esos tres días en los que diluvia hacen que el día de playa lo disfrutemos el triple.

Nos pasamos el día envueltos en un consumismo exacerbado, porque en realidad nada nos hace completamente felices y siempre queremos más. Y la explicación a este fenómeno es muy simple. Lo que realmente hace feliz es todo aquello que no vale dinero: una conversación con los amigos, pasear al borde del mar, una buena canción, un abrazo, un beso. El silencio.
Y hasta que no aprendamos a valorarlo, nunca acabará este modo de vida: el de ser el que más tiene

Todos los golpes que recibes de la vida no son gratuitos. Y no hay que resignarse a lamentarnos. Hay que aprender. En una ocasión, un profesor me suspendió un examen porque sabía que podía sacar mucha mejor nota que un cinquillo.Fui a lo fácil y me pillé los dedos. Me hirió el orgullo y saqué un diez en la recuperación. Esa es la actitud. Y la vida cada día nos ayuda a forjarla, sólo que a veces no lo sabemos ver.

No es más fuerte el que nunca se cae, sino el que más veces se levanta

Mucho ánimo a mis pequeñas Wendys. Nos levantaremos de nuevo



jueves, 10 de junio de 2010

MEJOR EN COMPAÑÍA

La ironía de la vida hace que en momentos en los que te sientes más solo que nunca, no encuentres a nadie al que recurrir. Y que en momentos en los que estás rodeado de gente, anheles como nunca la soledad. Y siempre se dice que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque a veces se hace realidad

Es cierto que hay momentos en los que se prefiere la única compañía de una buena canción, pero a grandes rasgos, la vida está hecha para compartirla.

- Un café en soledad tiene un sabor demasiado amargo. En compañía, sabe a poco

- Un piti a solas se hace muy largo. En compañía, nunca es suficiente

- Las fotos en las que aparece una sola persona no dicen nada. Las fotos de grupo emanan recuerdos, vivencias y sentimientos

- Una copa de vino puede ser un manjar, pero un brindis sabe mejor

- Una comida solitaria cubre tus necesidades más inmediatas. Una comida en compañía alimenta durante días

- Un baile en solitario roza el ridículo. En compañía, puede suponer un gran momento de tu vida

- Un atardecer impresiona. Un atardecer acompañado impresiona el doble

- Un mal momento vivido en soledad se magnifica hasta llegar a parecer un callejón sin salidad. Un mal momento en compañía se queda en un mal momento.

- En soledad, las lágrimas suelen ser de tristeza y amargura. En compañía, de emoción y alegría. Y si son de tristeza, son menos amargas

- La risa en soledad suele ser contenida o ligeramente esbozada. Y reir a carcajadas es uno de los mayores placeres de la vida


Y es que consideramos muy valiosos los momentos de intimidad y soledad, pero la familia y los amigos no tienen precio

jueves, 3 de junio de 2010

Si ella supiera






Si ella supiera,

Que cada día hace que mi mísera existencia cobre sentido

Que cada abrazo que da, para mí es como un soplo de vida

Que su sola presencia me alegra el corazón

Que el día que no le veo, no tiene sentido

Que cuando se va, un pedazo de mí se hace añicos

Que cuando llega, con un simple saludo, me da toda la energía que necesito para afrontar el día

Que necesito sus besos como necesito comer

Que la alegría que queda en mí la enciende ella

Que los días que paso con ella siempre saben a poco

Que los días que no la tengo conmigo son demasiado largos

Que su sonrisa me da la vida

Que ella para mí lo es todo

Que por ella me levanto cada día


Si Paula supiera......


viernes, 21 de mayo de 2010

Cambio de Tercio

Hace ya muchos años que la operación bikini me amarga el verano, y hace que esta estación sea de las más odiadas del año
Oir esa temida frase me hace pensar en varias cosas:

1) Por fin! Playita!
Al garete todos los esfuerzos invernales. Te pasas 9 meses usando blusones para disimular la tripa, medias super ajustadas para adelgazar los muslos, maquillaje a montón para tener una apariencia presentable. Y sujetadores súper push up-wonderbra-jarenawer para aparentar tener lo que no tienes. Como el que se compra un bmw descapotable, vamos.Y llega el primer día de playa...y a la mierda todo. Sí, soy esa chica que se mete en la ducha corriendo para no verse en el espejo al pasar, pero después se pasa el día en él con su particular photoshop.

2)Por fín! Temporada de bañarse en el mar
- Tus amigos descubren que tu mejor estilo es "a lo perro"
- La mejor ola del día es la ideal para evidenciar el trabajo que hace tu push up wonderbra jarenawer
- Decides bucear un rato y tras emerger la cabeza cual sirenita oyes "Tienes un moco"
- Muestras a todo el mundo tu punto psicótico-histérico al gritar con cada objeto que pasa a tu lado, creyendo que es una medusa, un tiburón o bob esponja.

3) Por fin! Temporada de helados
- Cada vez que te comes uno, algúno que va de pepito grillo te recuerda lo que engorda el cucurucho

4) Por fin! Calorcito
- Regla de tres simple. A más calorcito, más olor a sobaco en el metro. Y a más sandalias, más olor a pies

Todo esto se suma a la amargura natural de cenar Special K cada día, aún sabiendo que, un año más, quitarte el vestido el primer día de playa va a ser el acontecimiento más traumático del año.


Hoy, sin embargo, algo ha cambiado. Estaba estudiando en la terraza y he visto uno de los atardeceres más impresionantes que recuerdo. El sol era una esfera enorme de color naranja, que iba tiñendo cada franja de cielo que invadía de brochazos añiles y violetas. Ese mismo sol que me abrasaba la cara, me ha dado la tranquilidad y bienestar que anhelaba desde hace mucho tiempo.

Entonces he pensado que llegaba el verano. Que quedaba menos para que mi hermano volviera de vacaciones. Menos para esas noches estupendas e interminables con mis amigos. Menos para que disminuya la actividad tan frenética del día a día. Menos para las fiestas de cada pueblo. Menos para ir a Santander y ver a la familia que casi no veo a lo largo del año. Y menos para que esa sensación de tranquilidad y bienestar me inunde día a día y me haga la vida más fácil

Y para celebrarlo, me he cenado un bocata de pechuga. De esos que prepara mi tía Carmen y que tanto me gusta comer en la playa, tras un baño de estos que te deja como nueva, tomando el sol para estar estupenda






miércoles, 19 de mayo de 2010

Lágrimas de tormenta

¿Quién no ha experimentado alguna vez esa horrible sensación de tener unas ganas inmensas de llorar, y por aguantar el tirón y contenerlas, cinco mil alfileres se clavan en la garganta, formando un nudo que te imposibilita tragar?

Es una acción muy común, ya que desgraciadamente, hoy en día, llorar en público no está bien visto del todo.

Según la Real Academia Española de la Lengua, llorar significa derramar lágrimas, y lágrimas se contemplan como pesadumbres, adversidades y dolores. Entonces, ¿por qué esa censura social?

Cuando llueve, a los niños pequeños se les suele decir que el cielo está llorando. Y si lo piensas, la comparación es perfecta. Nubes cargadas de agua chocan y liberan su contenido. ¿Qué pasaría si nunca liberaran la lluvia? Para empezar, no habría agua en el universo: la lluvia alimenta los ríos, riega los campos y permite que broten las flores...Nos proporciona el agua para beber y poder sobrevivir.
Para continuar, las nubes serían tan pesadas que se colapsarían, no podrían ser arrastradas por el viento y no habría días soleados.

Llorar es necesario. Es necesario liberar las pesadumbres, adversidades y dolores contenidos en cada lágrima. Si no lo hiciéramos, todas estas sensaciones quedarían encerradas en nuestro interior, creando en el mismo nubes de tormenta. Esto, a su vez, supondría no poder desplazarnos por la vida guiados por el viento, y se nos complicaría ver el sol y sentir su calor en la cara.

Con lo parcos que somos siempre en palabras, si no lloráramos, quizá no demostraríamos a nuestros seres queridos lo que realmente sentimos por ellos. Y las experiencias que la vida nos impone serían menos intensas. Los lloros unen en las despedidas, juntan en los reencuentros, consuelan en las penas y animan en las alegrías.

Y tras ellas, la vida se ve de otro color. Con flores más vivas y campos más verdes


martes, 11 de mayo de 2010

¡¡¡ QUÉ ME CIERREN LOS OJOS !!!

Todo en esta vida sucede por algo. O alguien. A mí me gustaría saber quién fue el listo que decidió que las personas, a medida que crecemos, tenemos que ir abriendo los ojos y descubrir la realidad.

Cuando era pequeña, soñaba con tener una casita junto a un lago, como la de la Bella Durmiente o la de los enanitos. Me parecía todo perfecto. Hoy en día pienso que esa casa ideal tiene que estar llena de mosquitos que vienen del lago, llena de humedades, y sobre todo, tiene demasiada superficie para limpiar. No hay transporte cerca, y si me quedara sola allí, a saber quién podría asaltarla. Es tal el golpazo con la realidad que casi me conformo con alquilar un piso de 10 metros cuadrados por 2000 euros al mes. Al fin y al cabo, puedes estar en el baño mientras fries un huevo.

Y los míticos tacones de lunares?? Yo me pasaba el día con los tacones puestos y me pintaba como una puerta. Si hubiese sido por mí, habría ido a todos los lugares posibles de esa guisa. Era lo más divertido del mundo. Ahora cada vez que se me acaba el maquillaje me duele el bolsillo; cada vez que llego a casa y me tengo que desmaquillar me invade la pereza; y cada vez que me pongo tacones llevo bailarinas en el bolso.

La noche de reyes. Bajaba a la cabalgata tartamuda de los nervios, y no cogía ni un caramelo porque me daba vergÜenza pelearme por ellos. Alucinaba con que pasara la pantera rosa y que hubiera un rey negro. Me iba a la cama después de cambiar la leche que les dejaba por vino, porque mi padre era listísimo!! y de una manera sobrenatural sabía que a los reyes esa noche les iba a apetecer más una copa de vino que un vaso de leche.Eran tales los nervios que nunca podía dormir, y a la mañana siguiente, cuando mi padre me decía que no habían venido me dolía el corazón.
Hoy en día bajo a la cabalgata echando pestes por la cantidad de viejas que hay. Cojo todos los caramelos que puedo porque me puedo ahorrar el euro de un paquete de halls. Alucino con que la pantera rosa sea estrábica y con que el rey negro tenga la cara mal pintada, y con que no me dé ni tiempo a fumamrme un piti entero antes de que pase la cabalgata completa (eso sí que es la estrella fugaz). Me voy a la cama después de dejar el vino en el salón, porque mi padre sigue siendo listísimo, y sé que le va a apetecer más tomarse un copazo. A la mañana siguiente, no hay quien me despierte y todos me insultan por seguir en la cama. Y cuando mi padre dice que este año tampoco han venido, le abucheo. Cómo no van a venir si estoy en números rojos!!

Cuando una profesora nos mandaba trabajo para casa, dEcíamos: BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN!!!!, pues te hacía sentir muy mayor y así podía pasar la tarde con mis hermanos trabajando, como una más. Ahora me cago en todo y significa no ver el pelo a los miós.

Cuando preguntabas por la calle, señora qué hora es?? Indignabas, y hacía gracia. Ahora, cuando me llaman señora me indigna, y gracia no me hace ninguna.

Las chuches eran un premio estupendo. Ahora suponen el fin de un muslo terso

La merienda de la tarde es sustituida por una triste pera

Los políticos eran señores con traje admirables, muy importantes y muy listos, que sabían de todo y gobernaban el país. Hoy son hombres con traje o sin traje, con estudios y sin estudios, que no tienen ni idea y se dedican a hundir el país.

No hay hadas madrinas ni carameladas en tu cumpleaños.

Darte un baño de espuma supone derrochar agua

La puerta del garaje ya no se abre gritando "Ábrete Sésamo". Resulta que había un mando clandestino en el asiento del conductor

Subirte a un taburete para coger algo de la balda más alta quiere decir que te has quedado enana

Telepizza ya no es el mejor plan del mundo. Es demasiado caro

Te das cuenta de que los bancos no te dan el dinero que quieras cuando quieras, sino que te dan en función de lo que vayas metiendo. Es decir, que efectivamente, el dinero no lo regalan

Y lo peor de todo. Te das cuenta de que la magia con la que naces se va esfumando

Yo por mí....que me cieren los ojos!!!


viernes, 7 de mayo de 2010

TODO QUEDA EN FAMILIA

Creo que, oficialmente, ya ha sido inaugurada la operación bikini 2010. Y el hecho de estar todo el día enganchada a la lechuga y al peso, me ha llevado a realizar una reflexión: ¿Son los pesos y los árbitros de la misma familia? Parece una tontería de pregunta, pero si te paras a pensar un poco puedes descubrir una estrecha relación.

Objetivamente todos los pesos son iguales. Es decir, tu vas a comprar un peso y realidad te da igual cuál comprar. Pero una vez que llegan a tu casa y sus decisiones te afectan....entonces ya cambia la cosa.Igual que con los árbitros.

Para empezar, para uno mismo ambos son defectuosos de entrada. Veamos un ejemplo. Te puedes comprar el mejor peso de la tienda que en cuanto te subes y miras lo que señala piensas: "Este peso está mal. Fijo que con tanta electrónica no funciona bien y me está tocando las narices". Y..¿qué pasa con los árbitros? Pues lo mismo. Puede ser el mejor árbitro del mundo, pero cuando le toca arbitrar el partido de tu equipo es un gilipollas. Y se cree tan bueno que pita cosas que no son.

Para continuar, el trato. Ambos son tratados igual. Un árbitro oye millones de cosas en 90 minutos,independientemente de si lo que señala es correcto o no. Y la más bonita es "cabronazo".Tú te subes a un peso y tras comprobar la cifra resultante empieza una retahila de insultos y lindezas, tales como "Tu puta madre"

Otro dato, su falta de compasión. Da igual las uñas que te hayas comido durante el día, o el hambre que hayas pasado. O el sabor que hayas tenido que soportar de esos infumables snacks de maíz o preparados de frutas. Tu te subes y el tio ni siquiera te descuenta unos gramillos como premio a tu dedicación. Y si puede, te suma un kilo más, para que la desesperación sea mayor si cabe. En el caso de los árbitros, da igual lo que el equipo haya jugado, haya entrenado o los años que lleve sin jugar una final. El tío no ayuda ni un poquito. Y si puede, te pita un penalti en el minuto 94 y ahi te quedas.

Y por último, su impasividad. Ambos ven cómo te destrozan la vida y se quedan impasibles. Una falta de humanidad...Es más, la wii board del wii fit, que también te pesa, no es que sea impasible, es que encima te subes y dice ¡¡¡AUUUUU!!!
Y cuando tu equipo se retira hundido al vestuario, ellos se van al suyo engominados y con la cabeza bien alta encima! Estarás orgulloso!!!

A que después de estas reflexiones sí veis la relación?? Si es que, al final, todo queda en familia

miércoles, 5 de mayo de 2010

MIRA QUIÉN CAMBIA

Este año me ha tocado cumplir 25 años. Yo no le he dado importancia en ningún momento, porque pensaba que iba a ser como un cumpleaños más. Sumas otro año y ni te enteras. Sin embargo, a medida que pasan los días me estoy notando algo más mayor, por diferentes razones:

1) En los artículos sobre belleza y estética ya paso del grupo de jovencitas al grupo preventivo de alto riesgo. Es decir, ya no estoy en el grupo de 18 a 24 años en el que todo es genial y todas estamos estupendas. Ya estoy en el grupo de 25 a 40 años, y me aconsejan empezar a usar crema antiarrugas para las patas de gallo. Sin embargo, yo sigo teniendo el peroxibén en la mesilla. Nunca se van a ir mis granos o es muy pronto para usar una antiarrugas?? Que tengo que hacer, ponerme un poco de crema antiarrugas y otra antigranos y rosa de mosqueta para borrar todo y, y, y....

2) Ya no lloro por la muerte de Mufasa, lloro porque Julia Roberts al final se queda sola en "La Boda de mi Mejor Amigo"

3) Cuando oigo la palabra michelín no pienso en una marca de neumáticos

4) Se me empieza a caer todo, menos los pelos de las piernas que siguen ahí, bien aferrados

5) En mi cumpleaños ya no invito a litros, invito a pintxos

6) Prefiero ver Salvame Deluxe con un copazo que salir a bailar

7) Casi siempre salgo, como mucho, un día a la semana. Y cuando llega ese día de la semana siguiente, todavía no me he recuperado bien del estrago anterior

8) Cuando oigo el grito guerrero "Rrrrrronda de txupitosss" ya no aplaudo, reprimo las náuseas que me abruman automáticamente

9) Odio a los chicos de gossip girl. Hace años los hubiera odiado por ser malcriados y engreídos. Hoy por hoy por envidia. Y de la mala

10) Odio a los adolescentes, por malcriados y engreidos

11) Prefiero la ropa de Carmen Lomana que la de Hannah Montana (a la que también odio por cierto)

12) Ya no quiero ser uno de esos niños que van a los programas de televisión a cantar, bailar o hablar con Bertín. Ahora los ahogaría

13) Voy por la calle y me fijo en los escaparates de baños y cocinas, y digo...¡¡¡Mira qué grifo!!!

14) Prefiero pasar una tarde en Ikea que en Artea (de hecho, odio Artea)

15) Prefiero hacer la compra por internet a soportar un duelo al amanecer con las señoras de los carros

16) Tengo que cenar Special K para entrar en mis vaqueros y olvidarme de mis queridas empanadillas


jueves, 29 de abril de 2010

¿QUÉ QUIERES SER DE MAYOR?

Parece que fue ayer cuando tuvimos la despedida del colegio, y sin embargo, en unos días, tengo la despedida de la universidad.

Es curioso cómo van pasando las etapas de la vida, casi sin que te des cuenta. Y cómo va cambiando uno mismo sin apenas percibirlo. Y las expectativas

Cuando era pequeña, siempre creí que sólo iba a poder ser feliz sobre un escenario, montando espectáculos enormes y siendo bailarina y cantante en la compañía de Xuxa Park. Mis más allegados lo pueden corroborar. Eso sí, en mis tiempos libres iba a ser cajera de supermercado. Eso seguro.

Luego la idea se fue disipando, sobre todo cuando descubrí que Xuxa era una putita, cosa que me marcó, todo hay que decirlo. Así que bajé un poco mi listón, y pensé que sería feliz siendo la actriz protagonista de una película de Leonardo Di Caprio. Sólo de una, daba igual cuál. FUe el llamado efecto Titanic.

Cuando se pasó la época de la Super Pop y fui poniendo los pies en la tierra, decidí que iba a ser feliz teniendo mi propio laboratorio. Iba a ser la mejor científica e iba a encontrar todas las vacunas posibles, y a descubrir todos los entresijos familiares de Ambiciones con mis pruebas de ADN.

Resumiendo, creía que sólo sería feliz si fuera alguien importantísimo y muy rico.

Pero hoy por hoy.....no sé si será que me estoy haciendo mayor o que lo de ser rico en este país parece imposible, pero lo que realmente me hace feliz son las cosas más sencillas, las que muchas veces no valoras y sin las que, sin embargo, la vida no tendría sentido.


Un abrazo de Paula. Una llamada de teléfono de Irigoien. un finde con Agus. Las charlas médicas con Mane. Una tarde con mi madre en la terraza o una partida de mario bross en la wii con ella. Una cena con mi padre. Las noches en Suesa. Las noches en la Zona. Los partidos del athletic. Una tarde con Miren. Largas horas con Gabe. Rememorar viejos tiempos con Carlota. Fumarme un piti con Silvia. Pisar la arena. Oler el mar. Encender una chimenea. Sentir el viento en la cara. Pampero-cola. Fito. Bailar bad romance con mery a todo gas. Pasear por Caravia.encontrarme a Nere y sentir que todo sigue igual. Praves.llorar con carla. Reir con Ruth. Una cerveza en el puerto Viejo. Una caña en el Golfo. Desvariar con Inés tiradas al sol. Compartirlo todo con Borja. Vivir.

A día de hoy me da igual cuál será mi meta o qué será de mí. Podría haber estado horas enumerando pequeñas cosas que me llenan día a día. Y con ellas soy mucho más rica de lo que jamás hubiera podido imaginar.

Por fin, he descubierto lo que quiero. Yo de mayor quiero seguir siendo una parte de vuestras vidas.

Esta canción lo explica muy bien. No tiene desperdicio

martes, 12 de enero de 2010

A mis pequeñas Wendys

Una de las mejores cosas de tener sobrinos pequeños es la de poder volver a disfrutar de las películas de Disney de manera encubierta.Hoy ha sido el turno de Peter Pan.

Siempre me ha dado envidia Peter Pan. No sólo vivía en un lugar donde no se crecía, sino que encima sabía volar. Y yo me sentía igual que Wendy, Juan y Miguel. Le miraba incrédula, sin comprender cómo podía volar de manera innata, olvidándose de cómo lo hacía. En realidad no tiene mayor misterio: cuando llevas tanto tiempo haciendo algo, lo acabas haciendo mecánicamente, y ni siquiera lo consideras tan importante, olvidas que hay gente que te admira por eso que haces. Y llegas al punto en el que ni siquiera valoras cómo has llegado a hacer algo tan extraordinario.

Dentro de diez días mis pequeñas Wendys tienen que abandonar el cuarto de los niños. Parece mentira. Todavía recuerdo los primeros días de facultad en los que esa fecha resultaba tan inalcanzable.

No pretendáis ser Peter Pan. Para poder volar de Londres a la segunda estrella a la derecha de un tirón, primero hay que dar vueltas en tu habitación, por si te caes, poder aterrizar en algo blandito.

Vosotras tenéis que poner algo de vuestra parte. No sólo pensar en algo encantador, algo bello muy hermoso. Para conseguir un objetivo, hay que creer en él. Yo desde aquí os mando todo el polvo de hadas que os merecéis






Un beso muy fuerte a todas y mucho ánimo en los últimos coletazos del MIR

viernes, 1 de enero de 2010

La minusvalorada sencillez de la despensa

¡¡Qué mítica frase!!: "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Y qué sabia a la vez. Es lo que me ha venido a la cabeza al querer proceder a mi habitual atracón de año nuevo, ese que sucede sobre las ocho de la tarde, una vez superadas las horas críticas del malestar general.

Como bien saben los que me conocen, eso de no comer entre horas no va conmigo. Siempre me gusta asaltar la despensa a media tarde y robarle algo. Generalmente por simple aburrimiento. Entonces la abro, reviso lo que hay y pienso qué me podría divertir más: "Mmmmm galletas? Uff no, porque con galletas tengo que tomarme obligatoriamente un nesquik, y ahora no me vy a poner a prepararlo, qué pereza, que tengo gula, no hambre" "Mmmmm cacahuetes?? Uff no, que hay que pelarlos, demasiado trabajo" "MMMmmm un sandwich!! sisis, eso sii. Bueno no, que tengo que agacharme a por el pan de molde y encima tengo que pensar de qué me lo pongo"...." Anda mira, patatas!! Genial, solo tengo que abrir la bolsa. Sí, patatas, qué remedio. Con esta mierda de despensa qué voy a comer"

Pero...¿qué pasa si el asalto se va a producir por hambre de verdad y un 1 de Enero?? Ley de Murphy. Abres la despensa y sólo hay turrón de Jijona, de Almendras y de mierdas varias, mazapanes, polvorones, bolas de coco que a saber de dónde salen, porque no les gustan a nadie pero ahí aparecen año tras año. Si quieres embutido no hay un simple paquete de chorizo de pamplona, no. Hay lomos enteros, y a ver quién se pone a cortar eso. Y a ver cómo explico después el sacrilegio de haber usado ese lomo para un bocadillo. Bueno, pues vy a mirar la nevera....sobras! Y encima la mayoría o vienen del mar (cosa que no me gusta demasiado) o como te las comas se te cae el pelo ( y a ver quien merienda un trozo de solomillo)

Así que hoy, sólo hoy y por ser 1 de Enero, sueño con un nesquik con galletas, un sandwich de cualquier cosa o unos cacahuetes......mientras me como un trozo de pan de ayer


¡Qué poco valoramos la sencillez de la despensa!