domingo, 26 de mayo de 2013

LÁGRIMAS FÁCILES


Hoy es un día de lágrima fácil, y el por qué es muy sencillo.

Hoy no decimos adiós a un campo: decimos adiós a un monumento, una gran parte de nuestras vidas, un gran hervidero de sensaciones.

Empecemos por el principio, como manda la tradición.

Nunca olvidaré la primera vez que pisé tu cemento. Llegué perdida. 10 años y un carnet en la mano. Sola. Me guié por los números que aparecían en cada vomitorio y me dispuse a subir las escaleras decidida a encontrar mi asiento. El temblor de mis piernas en aquél momento no era comparable al que sentí cuando subí las escaleras y llegué a la apertura del vomitorio. Justo en ese instante, en que vi ondear las banderas, oí los cánticos de la afición, vi ese césped tan verde y ese arco tan blanco sobre el cielo tan azul.....justo en ese momento se formó un nudo en mi estómago de tal dimensión que todavía sigue ahí, latente. Pelos como escarpias y la boca tan abierta que cerrarla del todo resultó ser un trabajo costoso.

Luego llegó la rutina. Acudir a ti siempre que el bolsillo nos lo permitía, al gran "triángulo de los niños". Por mil pesetas celebrábamos cumpleaños, buenas notas, días soleados....lo que fuera. Cualquier excusa era buena para acudir con nuestra bufanda y nuestro súper bocata de tortilla. En ese gran triángulo fue donde empezamos a aprender de fútbol y a amar el sentimiento Athletic.


Pero el colofón llegó cuando nos brindaron la gran oportunidad de hacer prácticas entre tus gradas, entre tu gente, entre tus pasadizos secretos y a los más afortunados, entre tus lugares más emblemáticos. Nunca olvidaré aquel partido que disfruté desde el banquillo, que me concedió la oportunidad de correr a través de tu césped, camilla en mano, durante 90 minutos oficiales. Disfrutar un partido desde abajo, notar el vibrar de San Mamés desde una perspectiva que nunca había visto antes.

Entre tus paredes he reído, he disfrutado, he cantado y bailado las canciones de Kepa Junkera en cada previa. He hecho amigos, enemigos. Me he abrazado a mi compañero de asiento sin haber cruzado una sóla palabra con él en mi vida. He hecho grandes amigos (Félix como estandarte). He llorado y me he enfadado como una niña. He saltado y brincado. He gritado hasta quedar sin voz. He visto calvos, y no precisamente señores sin pelo. Y sobre todo, y lo más importante, inicié una relación secreta que ETB con sus planos furtivos se encargó de airear....que a día de hoy continúa acompañándome.

En definitiva, he vivido al máximo todo lo que cualquier persona querría vivir entre cuatro paredes.


Por todo eso y mil millones de cosas más, hoy es un día de lágrima fácil. Porque hoy acoges tus últimos 90 minutos oficiales. Algo faltará entre nosotros.

Y es que San Mamés es San Mamés. No me voy a parar a describirlo porque soy incapaz. Lo mejor que puedo hacer es limitarme a un "gracias". Gracias por absolutamente todo.

El Athletic no será lo mismo sin San Mamés. La afición no será lo mismo sin San Mamés. Bilbao no será lo mismo sin San Mamés


Físicamente el estadio desaparecerá, pero estoy segura de que su esencia permanecerá en todos nosotros.



Beti Gure Bihotzean. Agur San Mamés Maitea, Betiko Agur







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